El municipio de Guillena se encuentra a 21 km de Sevilla capital y posee una población total de 8449 habitantes.

Guillena es tierra habitada desde tiempos prehistóricos como lo así lo atestiguan los distintos restos encontrados en la parte norte del término municipal. Romanos, visigodos, musulmanes y castellanos fueron pueblos que dejaron sus huellas por estos lares. La fertilidad de estas tierras, la abundancia de recursos hídricos (la Rivera de Huelva era navegable hasta la misma Villa), y el ser cruce de caminos actuaron como focos fundamentales de atracción.

De la época prehistórica conocemos restos arqueológicos situados al norte del municipio consistentes en dos sepulturas megalíticas que nos confirma la existencia de importantes asentamientos en esta época.

En cuanto al origen del nombre de Guillena, éste hay que situarlo en el Imperio Romano. Probablemente deba su nombre a alguna villa o casa de campo romana llamada Guliena.

En lo que hoy día es la Plaza de Toros se halló una piedra miliaria que marcaba la distancia entre Itálica y Mons Mariorum, y que según parece era la calzada nº XXII que mandada a construir por el emperador Adriano, unía Itálica con Mérida pasando por lo que hoy es Guillena y Las Pajanosas. Esta zona, al estar tan cerca de la Rivera de Huelva y por ser paso obligado tanto para Mérida como para las Minas de Almadén, fue poblándose de asentamientos, encontrándose los cimientos de lo que parece haber sido una importante Villa Rústica en el lugar conocido como Vega del Moral, al sur de Guillena.

Tras la caída del Imperio se sucede la dominación Visigoda. El único asentamiento de esta civilización se encontró en lo que se conoce como Era de Antoñito y Casa de Maera fechado en el siglo V.

Durante la invasión árabe, Guillena fue rápidamente ocupada por los musulmanes dada su cercanía con el Guadalquivir, y es precisamente ahora cuando se transforma en núcleo urbano de cierta importancia; pasando de alquería a lugar fortificado, dada su situación estratégica para la defensa de los accesos a Sevilla. Hasta el 23 de noviembre de 1247, con el rey Fernando III El Santo al frente, no pasó Guillena a manos castellanas. La conquista acaeció de modo pacífico, permitiéndose a los musulmanes continuar habitando la localidad.

Posteriormente, Alfonso X El Sabio donó el Señorío a sus conquistadores, siendo erigida como Villa en 1286 por privilegio de Sancho IV. Treinta y tres años más tarde, Alfonso XI le otorga el uso de su escudo de armas, en recompensa por la defensa de la población tras un ataque de los benimerines.

Después de la conquista cristiana el donadío pasa a manos de la reina María de Molina que lo vendió hacia 1295 a un abad de Hervas que a su vez, lo enajenó a Rui Pérez de Alcalá hacia 1312.

El 25 de junio de 1631 el Señorío pasa a D. Perafán de Ribera, y en 1639 Felipe IV le concede la jurisdicción civil y criminal. La extensión del municipio es de 226 km2 y 28 m de altitud sobre el nivel del mar.