El diseño natural del curso se adapta a la forma original del terreno en lugar de adoptar elementos artificiales. El resultado es un curso muy versátil, con magníficos tees. El curso reta al jugador y le hace pensar. Puede ser un curso muy fácil y cómodo para los jugadores promedio, pero también es difícil para competiciones de alto nivel.
Es un campo muy cómodo con pequeñas pendientes formadas por las dunas naturales, pero es la vegetación y, más concretamente, los árboles que hacen la ronda complicada en ocasiones, ya que hay naranjos, olivos y eucaliptos situados en lugares estratégicos de todo el curso.
Los lagos que rodean algunos de los hoyos son espectaculares y de hecho son lagos de agua salada, ya que vienen directamente desde el mar. El segundo par-5, rodeado de agua y bunkers profundos, merece una mención especial por su belleza y su nivel de dificultad.