La población se asienta sobre las laderas de un cerro, formando un conjunto urbano de calles sinuosas y estrechas, salpicado de viviendas tradicionales y casas señoriales. A su alrededor, un paisaje de olivos y cosechas de cereales.

El casco antiguo de la ciudad está situado en la parte alta del cerro. Entre sus monumentos destacan la iglesia de Santa María la Mayor, del siglo XVI, si bien la noticia más remota sobre su existencia data del siglo XIII; la iglesia conventual de Madre de Dios, fundada en 1510, y la antigua fortaleza-castillo, del siglo IX, además de varias puertas de acceso al recinto amurallado. En la plaza de la Constitución, junto a los edificios administrativos, se encuentra la casa del Monte, del siglo XVIII y, aledaña a esta plaza, la casa de la Tercia, de finales del siglo XVIII, que alberga actualmente al Museo Histórico Municipal.