La Mezquita de Córdoba, ubicada en pleno centro histórico de la ciudad, es uno de los más bellos ejemplos de arte musulmán en España. Fue el emir musulmán Abderrahman I quien mandó construir el templo en el año 785 sobre los restos de la antigua iglesia visigoda de San Vicente. En siglos posteriores, la mezquita pasó por sucesivas ampliaciones. Abderrahman III mandó levantar un nuevo alminar, mientras que en el 961 Alhaken II ensanchó la planta del edificio y se decoró el mihrab. La última de las reformas sería llevada a cabo por Almanzor en el 987. Como resultado, la apariencia interior es la de un laberinto de columnas de gran belleza, con doble arquería y arco de herradura. En el año 1523, tras la conquista cristiana, se construyó en su interior la catedral, en la que destaca el retablo mayor, el retablo barroco y la sillería del coro en madera de caoba. El mihrab es uno de los más importantes del mundo musulmán, siendo la pieza más noble de la mezquita. La decoración es de mosaico bizantino y mármoles labrados. El patio de los Naranjos es el acceso al recinto.